Cuando Dios te hizo mujer, pensaba que el Universo, no se llenaría de estrellas ni la tierra de veneros; ni los arroyos y ríos recorrerían los senderos, ondulados de las sierras en torrentes de misterio.
Cuando Dios te hizo mujer, pensó que serías el verso, que escribirían los poetas en la nostalgia de un sueño; recibiendo la dulzura de los arrullos y besos, llenos de gozo y ventura y fragancia de tu aliento.
Cuando Dios te hizo mujer, pensó que sólo tu cuerpo sería poesía en el aire, y sensación de deseo que los hombres al mirarte; añoran con sentimiento en una noche de ensueño, los besos que puedas darle.
Cuando Dios te hizo mujer, ¡Sólo pensó en admirarte!
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