Es
posible evaluar la importancia que le asignamos a algo considerando el
tiempo que estamos dispuestos a dedicarle. Cuanto más tiempo le
dedicamos a algo, más evidente resulta la relevancia y el valor que
tiene para nosotros. Si quieres conocer las prioridades de una persona, fíjate en cómo usa el tiempo.
El tiempo es el regalo más preciado que tenemos porque es limitado.
Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Cuando le dedicamos
tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida
que nunca podremos recuperar. Nuestro tiempo es nuestra vida. El mejor
regalo que le puedes dar a alguien es tu tiempo.
No es suficiente decir que las relaciones son importantes: debemos
demostrarlo en nuestras acciones, invirtiendo tiempo en ellas. Las
palabras por sí solas nada valen: “No solamente debemos decir que
amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos”. Las
relaciones exigen tiempo y esfuerzo. Amor se deletrea así:
La esencia del amor no es lo que pensamos o hacemos o aportamos a
los demás; antes bien, es cuánto entregamos de nosotros mismos. A los
hombres, en particular, les cuesta entender esto. Muchos dicen: !Te
Quieren a Tí!. Quieren tu ojos, tus oídos, tu tiempo, tu atención, tu
presencia, tu interés: Tú Tiempo.
El mejor regalo de amor no son los diamantes ni las rosas ni los
dulces. Es brindar tu concentración. El amor se concentra tanto en otra
persona que por un instante uno se olvida quien es. La atención dice:
Siempre que dediques de tu tiempo, estarás haciendo un sacrificio, y el sacrificio es la esencia del amor.
ES POSIBLE DAR SIN AMAR, PERO NO SE PUEDE AMAR SIN DAR.
AMAR ES ENTREGARSE: DEJAR DE LADO MIS PREFERENCIAS, COMODIDAD,
OBJETIVOS PERSONALES, SEGURIDAD, DINERO, ENERGÍA Y TIEMPO PARA EL
BENEFICIO DE LOS DEMÁS.
Recuerda siempre esto:
EL MEJOR REGALO QUE LE PUEDES DAR A ALGUIEN ES:
“TU TIEMPO”
miércoles, 24 de septiembre de 2014
EL HOMBRE Y EL MUNDO
Un
científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba
resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su
laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista en donde venía el mapa del mundo ¡Justo lo que precisaba!. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: -”Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie”.
Entonces calculó que al pequeño le llevaría días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente. -”Papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.
Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?
-Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?
-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre…
Así que dí vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que si sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista en donde venía el mapa del mundo ¡Justo lo que precisaba!. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: -”Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin ayuda de nadie”.
Entonces calculó que al pequeño le llevaría días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente. -”Papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.
Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?
-Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?
-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre…
Así que dí vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que si sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.
martes, 23 de septiembre de 2014
EL SOL Y EL VIENTO
El sol y el viento discutían sobre cuál de dos era más fuerte.
La discusión fue larga, porque ninguno de los dos quería ceder. Viendo que por el camino avanzaba un hombre, acordaron en probar sus fuerzas desarrollándolas contra él.
-Vas a ver – dijo el viento - como con sólo echarme sobre ese hombre, desgarro sus vestiduras.
Y comenzó a soplar cuanto podía. Pero cuantos más esfuerzos hacían, el hombre más oprimía su capa, gruñendo contra el viento, y seguía caminando. El viento encolerizado, descargó lluvia y nieve, pero el hombre no se detuvo y más cerraba su capa. Comprendió el viento que no era posible arrancarle la capa.
Sonrió el Sol mostrándose entre dos nubes, recalentó la tierra y el pobre hombre, que se regocijaba con aquel dulce calor, se quitó la capa y se la puso sobre el hombro.
-Ya ves - le dijo el Sol al Viento - como con la bondad se consigue más que con la violencia.
Los seres humanos deberíamos pensar profundamente acerca de nuestras acciones. Utilizamos la violencia, la ironía, la agresividad, la sorna y la burla para tratar de lograr nuestros objetivos. Pero no nos damos cuenta de que, la mayoría de las veces, con esos métodos, son más difíciles de alcanzarlos.
Siempre una sonrisa puede lograr mucho más que el más fuerte de los gritos. Y basta con ponerse por un momento en el lugar de los demás para comprobarlo.
¿Preferimos una sonrisa o un insulto?…
¿Preferimos una caricia o una bofetada?…
¿Preferimos una palabra tierna o una sonrisa irónica?…
Pensemos que los demás seguramente prefieren lo mismo que nosotros…
Entonces tratemos a nuestros semejantes de la misma manera en la que nos gustaría ser tratados… Así veremos que todo será mejor…
Que el mundo será mejor… Que la vida será mejor…
Vos..que opinas..?
La discusión fue larga, porque ninguno de los dos quería ceder. Viendo que por el camino avanzaba un hombre, acordaron en probar sus fuerzas desarrollándolas contra él.
-Vas a ver – dijo el viento - como con sólo echarme sobre ese hombre, desgarro sus vestiduras.
Y comenzó a soplar cuanto podía. Pero cuantos más esfuerzos hacían, el hombre más oprimía su capa, gruñendo contra el viento, y seguía caminando. El viento encolerizado, descargó lluvia y nieve, pero el hombre no se detuvo y más cerraba su capa. Comprendió el viento que no era posible arrancarle la capa.
Sonrió el Sol mostrándose entre dos nubes, recalentó la tierra y el pobre hombre, que se regocijaba con aquel dulce calor, se quitó la capa y se la puso sobre el hombro.
-Ya ves - le dijo el Sol al Viento - como con la bondad se consigue más que con la violencia.
Los seres humanos deberíamos pensar profundamente acerca de nuestras acciones. Utilizamos la violencia, la ironía, la agresividad, la sorna y la burla para tratar de lograr nuestros objetivos. Pero no nos damos cuenta de que, la mayoría de las veces, con esos métodos, son más difíciles de alcanzarlos.
Siempre una sonrisa puede lograr mucho más que el más fuerte de los gritos. Y basta con ponerse por un momento en el lugar de los demás para comprobarlo.
¿Preferimos una sonrisa o un insulto?…
¿Preferimos una caricia o una bofetada?…
¿Preferimos una palabra tierna o una sonrisa irónica?…
Pensemos que los demás seguramente prefieren lo mismo que nosotros…
Entonces tratemos a nuestros semejantes de la misma manera en la que nos gustaría ser tratados… Así veremos que todo será mejor…
Que el mundo será mejor… Que la vida será mejor…
Vos..que opinas..?
LAS 7MARAVILLAS
Un grupo de estudiantes de geografía, estudiaban las Siete Maravillas del Mundo. Al término de la clase, se les pidió hacer una lista de las que ellos consideraban deberían ser actualmente las Siete Maravillas del Mundo.
A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente:
Las Pirámides de Egipto.
El Taj Mahal.
El Gran Cañón.
El Canal de Panamá.
El Empire State.
La Basílica de San Pedro.
La Muralla China.
Mientras se hacía la votación el maestro notó, que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista. Así que le preguntó si tenía problema para terminar de hacer su elección.
La muchacha tímidamente respondió. -Si, un poco. No podía decidirme pues son tantas las maravillas.
El maestro dijo: -Bueno, dinos lo que has escrito y tal vez podamos ayudarte.
La muchacha titubeo, y después leyó, Creo que las Siete Maravillas del Mundo son:
Poder tocar.
Poder saborear.
Poder ver.
Poder escuchar.
Titubeando un poco continúo:
Poder sentir.
Poder reír.
Y… Poder amar.
Al terminar de leerlas el salón de clase quedó en un silencio absoluto.
Es muy sencillo para nosotros poder ver muchas de las hazañas del hombre y referirnos a ellas como maravillas, cuando a veces pasan desapercibidas las maravillas que Dios hizo por nosotros y que son sencillamente “comunes”.
¡Que hoy te acuerdes de aquellas cosas que son realmente Maravillosas!
A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente:
Las Pirámides de Egipto.
El Taj Mahal.
El Gran Cañón.
El Canal de Panamá.
El Empire State.
La Basílica de San Pedro.
La Muralla China.
Mientras se hacía la votación el maestro notó, que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista. Así que le preguntó si tenía problema para terminar de hacer su elección.
La muchacha tímidamente respondió. -Si, un poco. No podía decidirme pues son tantas las maravillas.
El maestro dijo: -Bueno, dinos lo que has escrito y tal vez podamos ayudarte.
La muchacha titubeo, y después leyó, Creo que las Siete Maravillas del Mundo son:
Poder tocar.
Poder saborear.
Poder ver.
Poder escuchar.
Titubeando un poco continúo:
Poder sentir.
Poder reír.
Y… Poder amar.
Al terminar de leerlas el salón de clase quedó en un silencio absoluto.
Es muy sencillo para nosotros poder ver muchas de las hazañas del hombre y referirnos a ellas como maravillas, cuando a veces pasan desapercibidas las maravillas que Dios hizo por nosotros y que son sencillamente “comunes”.
¡Que hoy te acuerdes de aquellas cosas que son realmente Maravillosas!
viernes, 19 de septiembre de 2014
LA LEYENDA DE LA MUJER Y LA CAVERNA
Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá adentro le decía: -”Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Pero recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal…”
La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas.
Fascinada
por el oro y por las joyas,
puso al niño en el piso y empezó a
juntar,
ansiosamente, todo lo que podía
en su delantal. La voz misteriosa habló
nuevamente.
-“Tienes solo ocho minutos…”
Agotados los ocho minutos,
Agotados los ocho minutos,
la mujer cargada de oro y piedras
preciosas,
corrió hacia fuera de la caverna y la puerta se
cerró…..Recordó, entonces,
que el niño quedó adentro
y la puerta estaba
cerrada para siempre.
La riqueza duró poco y la desesperación…
¡para el
resto de su vida!.
Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros.
Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros.
Tenemos unos 80 años para
vivir en este mundo y una voz siempre nos advierte:
“Y No te olvides de
lo principal!”
Y lo principal son los valores espirituales,
Y lo principal son los valores espirituales,
la oración, la
vigilancia,
la familia, los amigos, la vida. Pero la ganancia,
la
riqueza, los placeres
materiales nos fascinan tanto que
lo principal
siempre se queda a un lado….
Así agotamos nuestro tiempo aquí,
Así agotamos nuestro tiempo aquí,
y dejamos a un lado lo esencial ”
Los tesoros del alma!”. Que jamás nos olvidemos que la vida en este
mundo,
pasa rápido y que la muerte llega inesperadamente.
Y que cuando la puerta de esta vida
Y que cuando la puerta de esta vida
se cierra para nosotros, de nada
valdrán las lamentaciones.
Ahora….piensa por un momento que es
Ahora….piensa por un momento que es
lo principal en tu vida……
“Que cosa extraña es el hombre:
“Que cosa extraña es el hombre:
Nacer no pide, Vivir no sabe,
Morir no quiere“
miércoles, 17 de septiembre de 2014
TE PUSISTE A PENSAR ALGUNAS VEZ DE LO QUE TENEMOS?
Gastamos más, pero disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más conocimientos, pero menos criterio.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría.
Con más comida, pero menos nutrición.
Son días que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.
Son tiempo de casas más lindas, pero más hogares rotos.
Por todo esto, propongo que de hoy en adelante, no guardes nada “Para una ocasión especial”, porque cada día que vivas es una ocasión especial.
Busca a Dios, aprende a conocerle, lee más, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos, come tu comida referida, visita los sitios que ames.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo para sobrevivir.
Usa tus copas de cristal, no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases “Uno de estos días”, “Algún día”, quítalas de tu vocabulario. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir, “Uno de estos días”.
Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los queremos.
Por eso, no retardes nada que agregaría risa y alegría a tu vida.
Cada día, hora, y minuto son especiales… y no sabes si pudiera ser el último…
Si estas tan ocupado y no puedes tomarte unos minutos para mandar este mensaje a alguien que tu quieras, y dices a ti mismo que lo enviaras “Uno de estos días” piensa que “Uno de estos días” puede estar muy lejos.
lunes, 15 de septiembre de 2014
Siete Frases Para Mejorar La Comunicación Con La Familia
1.- TE AMO
Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que
alguien le diga: “te amo”. Atrévete a decirlo a la otra persona, a tu
cónyuge, a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, si es que nunca lo
has hecho, haz la prueba y verás el resultado.
2.- Te Admiro
En la familia, cada miembro tiene alguna cualidad o habilidad que merece reconocimiento: Todos, en algún momento, sentimos la necesidad de que se nos reconozca algún logro o meta alcanzada… ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste esto a alguien?
3.- ¡Gracias!
Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros, que expresarle un ¡gracias!, no en forma mecánica, sino con pleno calor humano.
4.- Perdóname, me equivoqué
Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique a otras personas, aprende a decir con madurez: “perdóname, me equivoqué”.
5.- Ayúdame, te necesito
Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o necesidad de otros, estamos en un grave problema. No te reprimas. ¡Pide ayuda! Que también son muy importantes las palabras.
6.- ¡Te escucho…háblame de tí!
¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia: “A ver, háblame, qué te pasa?”. Tal vez muchos problemas y mal entendidos se resolverían si tan sólo escuchásemos lo Que nos tratan de decir.
7.- ¡Eres especial!
Es importante hacerles saber a tus seres queridos cuanto ellos significan para ti.
2.- Te Admiro
En la familia, cada miembro tiene alguna cualidad o habilidad que merece reconocimiento: Todos, en algún momento, sentimos la necesidad de que se nos reconozca algún logro o meta alcanzada… ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste esto a alguien?
3.- ¡Gracias!
Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros, que expresarle un ¡gracias!, no en forma mecánica, sino con pleno calor humano.
4.- Perdóname, me equivoqué
Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique a otras personas, aprende a decir con madurez: “perdóname, me equivoqué”.
5.- Ayúdame, te necesito
Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o necesidad de otros, estamos en un grave problema. No te reprimas. ¡Pide ayuda! Que también son muy importantes las palabras.
6.- ¡Te escucho…háblame de tí!
¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia: “A ver, háblame, qué te pasa?”. Tal vez muchos problemas y mal entendidos se resolverían si tan sólo escuchásemos lo Que nos tratan de decir.
7.- ¡Eres especial!
Es importante hacerles saber a tus seres queridos cuanto ellos significan para ti.
DECIDIR Y SER CONSTANTES
En la pequeña escuelita rural había una vieja
estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de
llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y
calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.
Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas.
Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía
quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron
urgente al hospital del condado.
En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría.
De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.
Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.
Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido.
Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
Finalmente, le dieron de alta.
Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada.
No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.
Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas.
Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.
Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.
Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.
Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.
Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad,
primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.
Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.
Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!
En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría.
De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.
Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.
Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido.
Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
Finalmente, le dieron de alta.
Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada.
No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.
Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas.
Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.
Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.
Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar.
Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.
Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad,
primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.
Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.
Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!
TEn el valor y la fuerza para tomar tus decisiones y ser constante a la hora de darles forma.
sábado, 13 de septiembre de 2014
EL SACO DE PLUMAS
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias
a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.
Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo:
"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.
Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo:
"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
jueves, 11 de septiembre de 2014
El CORAZÓN OYE
Un día Jesús decidió venir a nuestro mundo y estar en un lugar donde hubiera mucha gente, por lo que vino a pasearse por una de las avenidas más importantes de una ciudad.
Su propósito era saber cuántas de las miles de personas que pasaban por ahí, eran capaces de escuchar Su voz.
Se quedó en una esquina y comenzó a llamar a la gente que pasaba por su lado.
-Amigo, ven, tengo algo que decirte.
-Lo siento, estoy muy ocupado, otro día.
-Ven tú, mujer.
-Más tarde, ahora tengo mucha prisa.
-Joven, ven, quiero hablar contigo.
-Cuando regrese, tengo que ir al colegio.
-Abuelo, acércate quiero contarte una historia de amor.
-Mañana, hoy tengo que ir a cobrar la jubilación.
-Jóvenes, esperen unos segundos, hay algo muy importante que quiero decirles.
-Por la noche, ahora vamos a ver el partido de fútbol, quizás si gana nuestro equipo vendremos para escucharte… ja…ja…ja…
Durante todo el día Jesús se encontró con miles y miles de “sordos”. Era ya muy tarde y se sentía triste y decepcionado por no haber encontrado a nadie que lo escuchara, vio a una pareja de novios y se acercó a ellos: Hola soy Jesús, me gustaría hablar con ustedes para simplemente decirles que los amo.
Curiosamente, se trataba de una pareja de novios que eran sordos de verdad. Pero inmediatamente le miraron tratando de leer sus labios. El Señor se dio cuenta de la situación y empezó a usar el lenguaje de signos.
Alberto y Ana, que así se llamaban, empezaron a escuchar en sus corazones, por primera vez en sus vidas, el mensaje de Jesús: Yo los amo con un amor profundo, incondicional, puro y quiero que me permitan entrar en sus corazones para darles una vida auténtica, con propósito y pleno sentido.
Esta historia debe ayudarnos a reflexionar. Si alguien se nos acerca para hablarnos , debemos abrir tanto nuestros oídos, como nuestros corazones.
“No seas sordo a los mensajes que vienen directamente del cielo. Dios tiene un propósito para tú vida, aprende a escucharle”
martes, 9 de septiembre de 2014
EL INGENIO DE UNA HORMIGA
Hace un tiempo me puse a observar detenidamente la vida de las hormigas, y confieso que quede asombrado al verlas trabajar con tanto orden y empeño. Pero una hormiga en particular atrajo mi atención. Negra y de tamaño mediano, la hormiga llevaba como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma.
Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llegó a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos grandes piedras. Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fin la hormiguita hizo lo insólito. Con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y asi se construyó su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes.
La hormiga supo convertir su carga en un puente, y así pudo continuar su viaje. De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su camino… ¿Captamos la moraleja?
¿Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos soportar? Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas -bien tomadas- pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayudan a triunfar.
A QUE LE TEMES
.
Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo. Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo y en Dios.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo. Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo y en Dios.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
QUEMAR LAS NAVES
.
Antes del año 335 A.C., al llegar a la costa Fenicia, Alejandro Magno debió enfrentar una de sus más grandes batallas. Al desembarcar, comprendió que los soldados enemigos superaban en cantidad, tres veces mayor, a su gran ejercito.
Sus hombres estaban atemorizados y no encontraban motivación para enfrentar la lucha; habían perdido la fe y se daban por derrotados. El temor había acabado con aquellos guerreros invencibles.
Cuando Alejandro Magno hubo desembarcado a todos sus hombres en la costa enemiga, dio la orden de que fueran quemadas todas sus naves.
Mientras los barcos se consumían en llamas y se hundían en el mar, reunió a sus hombres y les dijo: Observen como se queman los barcos… esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos no podemos volver a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por mar…
“Caballeros, cuando regresemos a casa, lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos”:
Cuantas veces la falta de fe, el temor y la inseguridad, el estar atado a lo seguro nos priva de conseguir nuevos éxitos, nos hace renunciar a los cambios, nos hace renunciar a los sueños, nos hace negar los anhelos y las metas que están grabadas en lo mas profundo de nuestros corazones.
Cuantas veces la seguridad de poseer algo nos hace renunciar a la posibilidad de conseguir mucho mas; cuantas veces lo que tenemos fácilmente a nuestro alcance nos impide crecer, haciendo que la seguridad se convierta en mediocridad, en fracaso, en monotonía.
Debemos saber que perseverando todo puede lograrse.
Que el amor y la fe nos dan la fuerza necesaria para obrar milagros en nuestras vidas si lo deseamos. Que las personas perseverantes inician su éxito donde otras acaban por fracasar. Que ningún camino es demasiado parra un hombre que avanza decidido y sin prisas, teniendo claro sus objetivos.
Él ejercito de Alejandro Magno venció en aquella batalla, regresando a su tierra a bordo de los barcos conquistados al enemigo.
Los mejores hombres no son aquellos que han esperado las oportunidades, sino quienes las han buscado y las han aprovechado a tiempo; quienes han asediado a la oportunidad, quienes la han conquistado.
La conquista puede ser un amor, conocimientos, trabajo, riquezas materiales o espirituales. Todo esta a tu alcance. Tu puedes plantearte las metas y los objetivos que deseas.
Las condiciones para lograr éxitos no son siempre fáciles.
No hay otro método que trabajar duro, ser tenaz, soportar, tener fe, luchar, creer siempre, no rendirse y jamás volver la espalda.
Antes del año 335 A.C., al llegar a la costa Fenicia, Alejandro Magno debió enfrentar una de sus más grandes batallas. Al desembarcar, comprendió que los soldados enemigos superaban en cantidad, tres veces mayor, a su gran ejercito.
Sus hombres estaban atemorizados y no encontraban motivación para enfrentar la lucha; habían perdido la fe y se daban por derrotados. El temor había acabado con aquellos guerreros invencibles.
Cuando Alejandro Magno hubo desembarcado a todos sus hombres en la costa enemiga, dio la orden de que fueran quemadas todas sus naves.
Mientras los barcos se consumían en llamas y se hundían en el mar, reunió a sus hombres y les dijo: Observen como se queman los barcos… esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos no podemos volver a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por mar…
“Caballeros, cuando regresemos a casa, lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos”:
Cuantas veces la falta de fe, el temor y la inseguridad, el estar atado a lo seguro nos priva de conseguir nuevos éxitos, nos hace renunciar a los cambios, nos hace renunciar a los sueños, nos hace negar los anhelos y las metas que están grabadas en lo mas profundo de nuestros corazones.
Cuantas veces la seguridad de poseer algo nos hace renunciar a la posibilidad de conseguir mucho mas; cuantas veces lo que tenemos fácilmente a nuestro alcance nos impide crecer, haciendo que la seguridad se convierta en mediocridad, en fracaso, en monotonía.
Debemos saber que perseverando todo puede lograrse.
Que el amor y la fe nos dan la fuerza necesaria para obrar milagros en nuestras vidas si lo deseamos. Que las personas perseverantes inician su éxito donde otras acaban por fracasar. Que ningún camino es demasiado parra un hombre que avanza decidido y sin prisas, teniendo claro sus objetivos.
Él ejercito de Alejandro Magno venció en aquella batalla, regresando a su tierra a bordo de los barcos conquistados al enemigo.
Los mejores hombres no son aquellos que han esperado las oportunidades, sino quienes las han buscado y las han aprovechado a tiempo; quienes han asediado a la oportunidad, quienes la han conquistado.
La conquista puede ser un amor, conocimientos, trabajo, riquezas materiales o espirituales. Todo esta a tu alcance. Tu puedes plantearte las metas y los objetivos que deseas.
Las condiciones para lograr éxitos no son siempre fáciles.
No hay otro método que trabajar duro, ser tenaz, soportar, tener fe, luchar, creer siempre, no rendirse y jamás volver la espalda.
PIENSALO
Es
increíble que cuando estamos tristes o algo por el estilo nuestra mente
empieza a jugar con nosotros asiéndonos creer que nos falta algo una
persona una cosa etc... pero si evitamos ponerle tanta importancia a ese
pensamiento y nos podemos a pensar realmente
te darás cuenta que no es así de todo lo que tienes o poses algo o tal
vez todo realmente te haga sentir bien te haga sacar una sonrisa pero es
increíble como nuestras mente domina nuestra vida en vez de nosotros
dominarla a ella así que cuanto crees que estés triste piénsalo 2 veces o
quizás 3 y después contéstate tu solo ¿en verdad estas triste? Piénsalo
2 veces y realmente te darás cuenta que solo estas distraído.
Y de no ser así siempre habrá una persona quien te va a escuchar e incluso apoyar para que salgas adelante!!
Y de no ser así siempre habrá una persona quien te va a escuchar e incluso apoyar para que salgas adelante!!
domingo, 7 de septiembre de 2014
LE PEDI A DIOS
Le pedí a Dios
Le pedí a Dios q me quitara mi OGULLO
y me dijo "NO",
que no era algo q El tenía q quitarme,
sino q yo tenía q ENTREGAR ...
Le pedí a Dios q sanara a mi niño IMPEDIDO
y me dijo "NO",
q su espiritu estaba SANO
y q su cuerpo era algo TEMPORERO nada más ...
Le pedi a Dios q me concediera PACIENCIA
y me dijo "NO".
La paciencia es producto de la tribulacion.
No se concede, se CONQUISTA ...
Le pedi a Dios FELICIDAD
y me dijo "NO".
El dá BENDICIONES, la felicidad depende de mí ...
Le pedi a Dios q me evitara todo DOLOR
y me dijo "NO".
El dolor y el sufrimiento me APARTAN
de las PREOCUPACIONES MUNDANAS
y me ACERCAN más a El ...
Le pedi a Dios q hiciera CRECER MI ESPIRITU
y me dijo "NO",
q DEBO CRECER PERSONALMENTE,
El me PODARÁ de vez en cuando ...
Le pregunté a Dios si ME AMABA
y me dijo "SÍ",
me había dado a su Hijo único,
q HABIA MUERTO por MÍ
y q un día estaré en el Paraíso
porq TENGO FE ...
le pedí a Dios q me AYUDE
a AMAR a OTROS como El nos ama
y me dijo : "POR FÍN ! POR FÍN ESTÁS COMENZANDO A APRENDER ... "
Le pedí a Dios q me quitara mi OGULLO
y me dijo "NO",
que no era algo q El tenía q quitarme,
sino q yo tenía q ENTREGAR ...
Le pedí a Dios q sanara a mi niño IMPEDIDO
y me dijo "NO",
q su espiritu estaba SANO
y q su cuerpo era algo TEMPORERO nada más ...
Le pedi a Dios q me concediera PACIENCIA
y me dijo "NO".
La paciencia es producto de la tribulacion.
No se concede, se CONQUISTA ...
Le pedi a Dios FELICIDAD
y me dijo "NO".
El dá BENDICIONES, la felicidad depende de mí ...
Le pedi a Dios q me evitara todo DOLOR
y me dijo "NO".
El dolor y el sufrimiento me APARTAN
de las PREOCUPACIONES MUNDANAS
y me ACERCAN más a El ...
Le pedi a Dios q hiciera CRECER MI ESPIRITU
y me dijo "NO",
q DEBO CRECER PERSONALMENTE,
El me PODARÁ de vez en cuando ...
Le pregunté a Dios si ME AMABA
y me dijo "SÍ",
me había dado a su Hijo único,
q HABIA MUERTO por MÍ
y q un día estaré en el Paraíso
porq TENGO FE ...
le pedí a Dios q me AYUDE
a AMAR a OTROS como El nos ama
y me dijo : "POR FÍN ! POR FÍN ESTÁS COMENZANDO A APRENDER ... "
ACOSTUMBRADOS...
Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.
Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera.
Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas.
Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos atrasados.
A leer el diario en el ómnibus porque no podemos perder tiempo.
A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es la noche.
A dormir en el ómnibus porque estamos cansados.
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar el día entero y oir en el teléfono: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos" "La semana que viene nos juntamos".
A sonreir a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el cine esta lleno nos sentamos en la primera fila y torcemos un poco el cuello.
Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida.
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo alguna vez:
"LA MUERTE ESTA TAN SEGURA DE SU VICTORIA,
QUE NOS DA TODA UNA VIDA DE VENTAJA"
!!! Disfrutemos !!!
Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas.
Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.
A tomar café corriendo porque estamos atrasados.
A leer el diario en el ómnibus porque no podemos perder tiempo.
A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es la noche.
A dormir en el ómnibus porque estamos cansados.
A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a esperar el día entero y oir en el teléfono: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos" "La semana que viene nos juntamos".
A sonreir a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el cine esta lleno nos sentamos en la primera fila y torcemos un poco el cuello.
Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado.
Nos acostumbramos a ahorrar vida.
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.
Alguien dijo alguna vez:
"LA MUERTE ESTA TAN SEGURA DE SU VICTORIA,
QUE NOS DA TODA UNA VIDA DE VENTAJA"
!!! Disfrutemos !!!
martes, 2 de septiembre de 2014
EL TREN DE LA VIDA
La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros…
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado… Pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su amor irreemplazable…
No obstante, muchas otras personas que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida… Nuestros hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida…
Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo… Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados…
Muchos al bajar, dejan un vacío permanente… otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos…
Es curioso ver como algunos pasajeros, aún los seres queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro… Durante todo el trayecto están separados, sin que exista ninguna comunicación…
Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte… De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar…
El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas.
Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer. En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos… pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda.
El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado.
A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia…? Separarme de los amigos que hice en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje.
Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.
Amigos…hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena.
“Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida”
¡FELIZ VIAJE!
lunes, 1 de septiembre de 2014
PORQUE NO HACERLO...POR MI?
.
La primera cosa que se nos ocurre hacer con alguien que queremos es cuidarlo, ocuparnos de él, escucharlo, procurarle las cosas que le gustan, ocuparnos de que disfrute de la vida y regalarle lo que más quiere en el mundo, llevarlo a los lugares que más le agradan, facilitarle las cosas que le dan trabajo, ofrecerle comodidad y comprensión.
Cuando el otro nos quiere, hace exactamente lo mismo.
Ahora, me pregunto: ¿Por qué no hacer estas cosas con nosotros mismos?
Sería bueno que yo me cuidara, que me escuchara a mi mismo, que me ocupara de darme algunos gustos, de hacerme las cosas más fáciles, de regalarme las cosas que me gustan, de buscar mi comodidad en los lugares donde estoy, de comprarme la ropa que quiero, de escucharme y comprenderme.
Tratarme como trato a los que más quiero.
Pero, claro, si mi manera de demostrar mi amor es quedarme a merced del otro, compartir las peores cosas juntos y ofrecerle mi vida en sacrificio, seguramente, mi manera de relacionarme conmigo será complicarme la vida desde que me levanto hasta que me acuesto.
El mundo actual golpea a nuestra puerta para avisarnos que este modelo que cargaba mi abuela (la vida es nacer, sufrir y morir) no sólo es mentira, sino que además está malintencionado (les hace el juego a algunos comerciantes de almas).
La primera cosa que se nos ocurre hacer con alguien que queremos es cuidarlo, ocuparnos de él, escucharlo, procurarle las cosas que le gustan, ocuparnos de que disfrute de la vida y regalarle lo que más quiere en el mundo, llevarlo a los lugares que más le agradan, facilitarle las cosas que le dan trabajo, ofrecerle comodidad y comprensión.
Cuando el otro nos quiere, hace exactamente lo mismo.
Ahora, me pregunto: ¿Por qué no hacer estas cosas con nosotros mismos?
Sería bueno que yo me cuidara, que me escuchara a mi mismo, que me ocupara de darme algunos gustos, de hacerme las cosas más fáciles, de regalarme las cosas que me gustan, de buscar mi comodidad en los lugares donde estoy, de comprarme la ropa que quiero, de escucharme y comprenderme.
Tratarme como trato a los que más quiero.
Pero, claro, si mi manera de demostrar mi amor es quedarme a merced del otro, compartir las peores cosas juntos y ofrecerle mi vida en sacrificio, seguramente, mi manera de relacionarme conmigo será complicarme la vida desde que me levanto hasta que me acuesto.
El mundo actual golpea a nuestra puerta para avisarnos que este modelo que cargaba mi abuela (la vida es nacer, sufrir y morir) no sólo es mentira, sino que además está malintencionado (les hace el juego a algunos comerciantes de almas).
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