El distraído tropezó con ella… El violento la utilizó como proyectil… El emperador, construyó con ella… El campesino, cansado, la utilizó de asiento… Para los niños, fue un juguete… David mato a Goliat… Miguel Ángel, hizo la más bella escultura. «En todos los casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre. No existe «piedra* en tu camino que no pueda aprovechar para tu propio crecimiento»
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