Animarse a descubrir para dejar de controlar, es la forma de avanzar.
Animarse a oír todo sin juzgar, hace a la información para elegir.
Animarse a ver como en un espejo que refleja toda la realidad de cada situación, lo "bueno" y lo "malo", para sacar conclusión, decidir y accionar.
Animarse a descubrir y actuar sobre la base del mejor compromiso posible dentro del marco "ganar-ganar", es decir que nadie pierda.
Animarse a decidir servir a algún propósito que sea mas grande que el propio, es abrir el espíritu -no hay éxito verdadero sin este paso-.
Un ser exitoso es único, autoconciente, responsable, libre, capaz de amar y ser amado.
"Si no arriesgas, no creces.
Si no creces no te superas.
Si no te superas no serás feliz.
Si no eres feliz, ¿qué otra cosa importa?"
Para crecer debemos superarnos. Aceptemos la vida como un obsequio. Aceptemos las responsabilidades de actuar según nuestros mejores y propios intereses. Si somos buenas personas lo que buscamos para nosotros también será bueno, siempre y cuando seamos honestos con lo que necesitamos. Nadie nos dará satisfacción, salvo nosotros mismos.
¿Cómo lograrlo? ¡Arriesgándote!
Una vida dinámica está relacionada con el riesgo, no de cosas peligrosas, sino de situaciones con sentido común; ante todo somos del modo que queremos ser. Si no estamos felices con nuestra vida, somos nosotros los que tenemos que hacer algo para que ello cambie.
Nuestra única esperanza es ser felices viviendo nuestra propia vida y siendo lo mejor que podemos ser, sin competir con los demás y alcanzando el máximo de nuestro potencial. La vida que creamos para nosotros se convierte en nuestra realidad y nuestro mundo no tiene límites.
Detrás de todo riesgo debe haber una vida por la cual valga la pena ARRIESGARSE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario