lunes, 19 de agosto de 2013

El Semáforo

Aquel día, me desperté con mucho sueño y enojado. Con trabajo, pude levantarme de la cama. Me dirigí al cuarto de baño arrastrando los pies mientras renegaba por tener que levantarme de la cama y no poder quedarme en ella todo el día. Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente. Me sentía tan cansado, que por no meter el pan en el tostador, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella. ¿Para qué tanto trabajo? ¡Es un fastidio!

Salí de mi casa rumbo a la oficina, desde mi coche observaba el suelo humedecido por la lluvia y no podía evitar la rabia al pensar que tenía que trabajar. El semáforo se puso en rojo y de pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo que parecía un bulto.

Por curiosidad abrí más mis ojos somnolientos y pude descubrir que lo que parecía un bulto, era el cuerpo de un joven montado en un pequeño carro de madera. Aquel hombre no tenía piernas y le faltaba un brazo. Sin embargo, con su mano izquierda lograba conducir el pequeño vehículo y manejar con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía malabares.

Las ventanillas de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista que llevaba un pequeño letrero sobre el pecho. Cuando se acercó a mi auto pude leerlo, "Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano paralítico". Con su mano izquierda señaló hacia la acera y ahí pude ver a su hermano, sentado en una silla de ruedas colocada frente a un atril que sostenía un lienzo, y movía magistralmente con su boca un pincel que daba forma a un hermoso paisaje.

El malabarista mientras recibía una monedas, vio el asombro de mi cara y me dijo: ¿Verdad que mi hermano es un artista? De pronto el chico sentado en la silla de ruedas se dio la vuelta y pude leer en el respaldo de su silla:

“Gracias señor por los dones que nos das, contigo nada nos faltará”

Eso me impactó profundamente y mientras el hombre-bulto se retiraba y el semáforo cambiaba del color rojo al verde, mi semáforo interior también cambió.

Desde aquél día, nunca más se me volvió a encender la luz roja que me paralizaba por la pereza. Siempre he tratado de mantener la luz verde encendida y realizar mis trabajos y actividades sin detenerme. Aquel día descubrí que ante aquellos jóvenes, yo era el más necesitado, el más incompleto. Desde aquel mismo día, nunca he dejado de agradecer.

Ahora no tengo todo lo que quiero; pero le doy gracias a Dios por lo que sí tengo. El salario apenas me alcanza para pagar las cuentas, pero gracias a Dios que por lo menos tengo un trabajo para ganar el sustento. Los problemas se multiplican como por arte de magia, pero gracias a Dios tengo paciencia y fortaleza para sobrellevarlos.

A veces creo que no podré seguir adelante con tanto conflicto; pero le doy gracias a Dios porque cada mañana siento dentro de mi corazón que sí puedo. Los años han ido pasando rápidamente, mi piel está un poco arrugada, y mis cabellos se están poniendo blancos; pero le doy gracias a Dios por la alegría que siento de vivir.

Cada día le doy gracias a Dios por los conflictos que pude resolver, por los problemas que pude superar, por la enfermedad que pude soportar, por el odio que se transformó en amor, por la soledad que pude sobrellevar.

“Le doy gracias a Dios por permitir que este mensaje llegara a mis manos y a las tuyas”

Para sanar una herida de amor hay que dejar de tocarla.-

Cuando te parece tocar fondo, es porque llevas un tiempo recordando lo que deberías olvidar.
No es bueno ni sano vivir cada día sufriendo por quienes perdimos, eso es algo por lo que tendremos que pasar muchas veces a lo largo de la vida.
En estos tiempos nos inundan con libros y revistas que nos ayudan a vivir mejor, parecen insinuar que todo lo malo pasará, que el olvido llegará... Nos convencemos por los consejos que nos enseñan a seguir adelante, pero siempre acabamos recordando todo aquello que nos hizo daño.
Seguimos recordando y sufriendo.
Olvidar no es un tema fácil, es un proceso que lleva trabajo. Las tristezas del corazón son las más grandes, y las más difíciles de asumir. Muchas veces no somos capaces de salir de la agonía que el pasado nos provoca, así que necesitamos hablarlo con alguien y recurrir a pedir ayuda.
Has compartido una vida con una persona y de pronto te despiertas y ya no sigue a tu lado, se ha ido, y ¿qué haces? Lloramos, le buscamos, y nos restregamos en la herida que tenemos... -NO LO HAGAS MÁS-
¡Ya basta de restregarnos la herida!
Hay que salir de ese estado, no es bueno ni para tu propia salud ni para la de quienes te rodean. Tus penas las llevas grabadas en tu cara y lo único que logras así es alejar a la gente buena que tienes a tu lado, porque en esos momentos sólo ves por ti, por lo que estás pasando, sin darte cuenta que quizás la solución esta más cerca de lo que piensas.

Hay mucha gente que ayuda a personas heridas como tú, hay profesionales que te ayudarán a salir adelante, pero debes querer esa ayuda, tener una buena actitud frente a los problemas,debes poner de tu parte y tratar de dejar de lado todo aquello que te está dejando sumida en el dolor.

― Necesitas salir adelante, hay que saber llevar el sufrimiento.

¿No merecías este sufrimiento?
Estamos de acuerdo, nadie se merece que le lastimen, pero ya lo hizo, ¿llorarás todos los días? No, no debes hacerlo, no te lo puedes permitir. Deja de tocar esas heridas, sólo así podrán dejar de sangrar para que te puedas recuperar poco a poco.
No es sencillo y es muy triste que una persona en la cual confiaste te haya defraudado de esa manera, pero basta de autocompadecerte, debes salir de ese estado en que te encuentras.
Debes dejar de mirar atrás

Ámate, pero ÁMATE BIEN. Sacúdete la pena que tienes, vuelve a mirar la vida con más OPTIMISMO, vuelve a creer en los sueños, porque si no lo haces tu vida será en vano. Por muy mal que la vida te trate, nunca dejes de soñar, porque son esos sueños los que mañana te harán brillar.
Hoy decide olvidar, esa debe ser tu prioridad.

Si te miras con amor, encontrarás fortaleza dentro de ti. Puede que tengas una arenilla en el ojo, te molesta un día pero luego te lavas y te deja de molestar… así es como debes ver la vida. Que un desengaño no acabe contigo, al contrario, en tus manos está que ese desengaño te haga ser más fuerte. A partir de ahora prestarás más atención y poco a poco tu vida se irá ordenando.

Pon prioridades en tu vida.
Si no quiso seguir amándote, no eres tú quien pierde, sino quien no supo apreciarte.
Tú te lo ahorras, salió perdiendo, no seguirá recibiendo tu valioso amor. Al final del camino habrá una persona que sabrá amarte como te lo mereces, que no te hará daño, y volverás a ser feliz.
Es hora de mirar hacia adelante.
La experiencia te ha cambiado, ya no eres quien una vez fuiste, ahora eres una persona mucho más preparada para la adversidad de la vida. Ahora puedes levantarte y dejar de hurgar en las viejas heridas. Ahora es tiempo de mirar hacia adelante y avanzar.
Tú puedes salir adelante.
No permitas que nadie te derrote
Lograrás salir adelante
porque tú sabes lo que quieres,
y todo cuanto te propongas,
lo lograrás.