sábado, 31 de diciembre de 2016

Un Cuento para el Año Nuevo





Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.

– ¿Qué hay de nuevo? -pregunta un ángelito, recién llegado.
Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad…- contesta el ángel más viejo.
Y bueno, todas esas son cosas muy importantes.

Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.
¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos? – Dice el más joven y entusiasta de los ángeles.
¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo? – pregunta el anciano.

Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángelito se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche, hasta los últimos minutos del último día del año.
Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía:

 
“Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor:

sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres.

Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanta falta nos hace.

Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad”.

Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos.

Fin

domingo, 18 de diciembre de 2016

¿Qué es la Navidad?



Denis era un niño muy bueno, sus padres estaban orgullosos de el porque le iba muy bien en el cole, de hecho era el primero de la clase y por lo tanto sabia muchas cosas respecto al la biología, la naturaleza, ortografía e incluso matemáticas.

Sin embargo cada año, cuando Diciembre se acercaba, Denis se frustraba mucho, ya que todas las personas que conocía comenzaban a hablar de un tema desconocido para el: La Navidad.
Y no es que desconociera por completo el evento, porque cuando era “Navidad” en sus casa, había regalos, convivencia familiar y mucha comida en la mesa. Sin embargo, el quería saber más acerca de ello y su origen.

 Todos sus compañero comenzaban a decir cosas sobre los regalos que querían, la comida que hacían en sus casas, e incluso de los fuegos artificiales.

¿Qué es la navidad? – Se preguntaba Dennis a diario.  A si que decidió preguntarle a las personas que conocía:

–       Es cuando alguien te da muchos regalos – Le dijo su amigo Tom
–       Es cuando te quedas en la cocina todo el día a preparar la cena-  dijo su madre.
–       Es… una época… en la que… – Le dijo su abuela antes de quedarse dormida.
–       Es una temporada en la que gastas mucho dinero – dijo su padre.

Al final Denis terminó más confundido de lo que ya estaba, así que decidió no seguir preguntando lo que era.


Un día antes de navidad, en nochebuena, mientras caminaba de vuelta a su casa, se encontró con un caminante quien, al parecer, no tenia hogar ni mucho menos un lugar para refugiarse de la fría temporada, como Denis era muy bueno y tenía un buen corazón se acercó a el le dio su paga de la semana y le dijo:

– Tome esto, cómprese comida o algo lindo y disfrute la navidad.

–       Oh pequeño niño, la navidad no se trata de cosas materiales o de comida. En la navidad festejamos el nacimiento de  Jesucristo, quien como tú, era una persona muy buena y toda su vida hizo lo mismo que has hecho tú por mí hoy: compartir y pensar en la felicidad de los demás. Sacrificaste tu paga del mes sin importarte quien soy, eso es algo digno de festejo. Eso amigo mío es el verdadero significado de la Navidad.

A Denis le alegró mucho descubrir por fin el origen de la celebración navideña,  y, como agradecimiento invitó al señor a su casa. Esa noche disfrutaron de la rica cena que su madre había preparado, se dieron obsequios y compartieron historias. Cuando llegó la hora de dormir, Denis le dijo al señor que se podía quedar en su cuarto, que estaría más cómodo ahí.

Cuando Denis despertó, espero un rato a que todos bajaran, pero seguramente estaban cansados por la noche anterior, así que decidió ducharse. Cuando entró a su cuarto, descubrió que el misterioso hombre ya no estaba dormido en su cama, en su lugar había dinero y una nota que decía:


Sé de tu buen corazón, y sé también que necesitabas saber acerca de la navidad.
Muchas gracias por invitarme a tu hogar, la cena estuvo deliciosa, pero te agradezco más que seas como eres, de buen corazón y que compartas lo que tienes.
Te devuelvo el dinero que me regalaste, estoy muy agradeció por ello, pero en el lugar  en donde vivo no lo necesitamos.
                                                                                                 -Jesús