sábado, 22 de junio de 2013

La vida es como andar en bicicleta.-

 Te caes, sólo si dejas de pedalear.
 Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacia mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera.
Parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos plazas, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear.
No sé cuándo sucedió, no me di cuenta de cuándo fue, que El sugirió que cambiáramos lugares, lo que si se es que mi vida no ha sido de la misma forma desde entonces.
Cuando yo tenia el control, yo sabia adónde iba. Era un tanto aburrida, pero predecible.
Era la distancia mas corta entre dos puntos.
Pero cuando el tomo El tomo el liderazgo, El conocía otros caminos, diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes, velocidades increíbles.
Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, El solo decía "pedalea"
Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba "¿A donde me llevas?" El solo sonreía y no me contestaba, asi comencé a confiar en El.
Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía "estoy asustado" El se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano.
El me llevó a conocer gente con dones, dones de sanidad y aceptación, de gozo.
Ellos me dieron esos dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje, de Dios y mio.
Y allá íbamos otra vez. El me dijo "Comparte estos dones, dalos a la gente, son sobrepeso, mucho peso extra". Y así lo hice... a la gente que conocimos, encontré que en el dar yo recibía y mi carga era ligera.
El sabia cómo doblar para dar vueltas cerradas, brincar para librar obstáculos llenos de piedras, inclusive volar para evitar horribles caminos.
Y ahora estoy aprendiendo a callar y pedalear por los mas exctraños lugares.-

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