miércoles, 7 de mayo de 2014

Ayudar SÍ, pero

- Que a quien ayudes no lo pueda hacer por sí mismo. De lo contrario le estarás malacostrumbrando, generando dependencia y cronificando su problema. Mejor enseñar a pescar que proporcionar peces.
- Que la ayuda sea eficaz, eficiente... No se trata de ayudar sino de ayudar bien. Las buenas intenciones no tienen por qué tener buenos resultados.
- Que quien recibe la ayuda sea consciente de que es ayudado. Y de algún modo lo valore.
- Que quien reciba la ayuda (siempre que le sea posible) pida esa ayuda. Nadie puede ayudar a quien no quiere ser ayudado.
- Que la relación de ayuda sea de igual a igual. Sin paternalismo, sin caridad. Buscando equilibrio de oportunidades. No se trata de dar lo que nos sobra, sino lo que los demás precisan.
- Que la ayuda tenga un principio y un final. La ayuda no puede ser eterna. Si así fuera... antes o después será insostenible.
- Tengamos en cuenta siempre la cultura, las costumbres del otro. Los demás no tienen por qué ser como seríamos nosotros en esa misma circunstancia.
- Que la ayuda sea desinteresada, sin esperar nada a cambio. De lo contrario será una inversión, no una ayuda.
- Que lo anterior... no sea la excusa perfecta para no ayudar.

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